Tenía delante de mí, unos pantalones de pana, que se acompasabn pisadas y escalones con los mios:
"Recíbeme en tu cumbre,
recíbeme, que huyo perseguido
la errada muchedumbre,
el trabajar perdido,
la falsa paz, el mal no merecido".
Y Vino la Audiencia Nacional, y la Inquisición,
Fray Luis , Santa Teresa y Maria Zambrano,
Pepín Bergamín, y Alfonso, siempre Alfonso Sastre.
Y todo parecia detenido, Parménides reía acostado en paredes de cal y yo recordaba la merienda con picatostes en Alcala de Henares, el día que soñe, que me soñé espejo.
Habían desaparecido los políticos; todo seguía igual,
un gobernar manso, un silencio fecundo de rutina.
y un ligero viento sur, desplegó las alas de los libros y ayudaba a las abejas con las flores .
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