Un día , el SrGarzón, debiera de hacernos comprender, explicarse, por qué las denuncias de torturas que los incomunicados, por ser presuntamente miembros de E.T.A sufrían en cuarteles de la Guardia Civil, no las cursó.
Un día, el Sr F.Gonzalez, debería explicarnos, hacernos comprender, por qué aseguraba, y aseveraba que la tortura no había existido.
Un día, el Sr Oreja, debiera hacernos comprender y explicarnos, por qué aseguraba, que las torturas eran una invención literaria de los detenidos, acusados de ser miembros de E.T.A, según él, una consiga aprendida, y repetida sin sentido.
Un día, la asociación de víctimas, el Foro Ermua, y tantas y tantas otras asociaciones de buenas gentes, debieran de explicarnos y hacernos comprender, por qué negaron, y en algunos casos justificacron la tortura.
Un día, deberemos preguntarnos todos, cómo permitimos con nuestro silencio complice, o nuestra denuncia muda, casi gestual, casi de opereta, que la tortura no se eliminara de los interrogatorios, de las incomunicaciones y que implicita y explicitamente aceptabamos la ecuación de que la tortura era la forma de acabar con el terrorismo.
Cuando el Estado, nos embrutece, hasta no ser personas.
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viernes, 4 de abril de 2014
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