Que los niños puedan subir a los árboles,
quedarse sin cobertura,
perder su tablet,
asomarse a un pozo.
Que vuelvan a mirarse a los ojos, los desconocidos viajeros.
Que nos susurren al oído palabras de amor sincero,
antes que mil mensajes pajareros.
Que de aquí en adelante,
recordemos lo que un día eramos
y tratemos de serlo,para vencer al miedo.
Estos son algunos de mis deseos.
lunes, 25 de febrero de 2013
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