Nueve años más tarde, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) se vio obligado a condenar a España por su reiterada negativa a investigar los malos tratos denunciados por el periodista. En lugar de aclarar lo ocurrido, el gobierno de José María Aznar optó por la frase habitual ante este tipo de casos: "han seguido a pies juntillas un manual de ETA que aconseja a sus militantes que denuncien torturas cuando son detenidos", aseguró su entonces ministro de Interior, Ángel Acebes, quien incluso llegó a querellarse contra Otamendi bajo la teoría de que sus acusaciones contra la Guardia Civil eran otra forma de colaborar con ETA.
Diario Público
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