Comentaba una y otra vez, que se iba a jubilar. Hablaba de sus miedos : la soledad, el montante de la jubilación,los meses que le quedaban... las mujeres que encontraba que usaban chandal, (prenda de vestir, que le servía para decidirse o no a seguir sus relaciones: "una mujer que usa chandal, es una dejada" y la mujer ideal que no llegaba, aquella que le diera: compañía, calor en la cama, buen gusto en la mesa, que fuera guapa y que le escuchara sin parpadear los dimes y diretes en los partidos de futbol.
Cada día, había siempre un espacio, para hablar de todo ello.
Me recordaban sus desos mujeriles, a Carlo, Carlo Frabetti que comentaba que los deseos de muchos hombres eran: tener una dama en su casa, una cocinera en la cocina y una puta en la cama, pero que el problema podía ser que se mutaran: tener una puta en casa, una cocinera en la cama, y una dama en la cocina.
Pensaba, que el día que dejara de buscar, la encontraría.
Y tomé un café.
miércoles, 21 de enero de 2015
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