Hay muchos tipos de tristeza , pero veo dos ahora.
Una , la tristeza de querer ver a los rinocerontes como unicornios.
Otra, la de creer ,que un día, los rinocerontes volarán.
En ambos casos, se queda un sabor a talo, en los labios.
miércoles, 3 de junio de 2015
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