Regateaba los silencios, con estornudos, y toses.
No pasaba nada, pero nada de nada ,solo las lágrimas que iban callando y cayendo.
Desfilaban las estampas de vírgenes, santos y niños famélicos del Domund.
Tenía el sarampión.
No había nada, nada de nada, nada ..
recuerdos de calcetines húmedos, bolas de helados .
Este recuerdo por tan repetido,
se quedó en la mecedora de mi infancia,
una y otra vez, a su gusto.
viernes, 26 de junio de 2015
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