miércoles, 24 de julio de 2013

Yo lo veo como una herida útil,
de que la última lágrima se seca,
el motor comienza a girar.
En el asfalto,
junto a las primeras hojas de otoño,
como un árbol,
lejos del cemento,
con las ramas, abiertas al suelo y cielo,
respirando a pleno pulmón.
De que la última lágrima se seca,
el amor,
ese amor escondido,
duende de todas las esquinas,
mueve el motor,
mi motor de vida.

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