sábado, 17 de octubre de 2015

Setentaytantos..ochenta


Veo la pobreza en la consulta, todos los días. Todos los días, veo la pobreza , la pobreza en la consulta todos los días, se muestra en diferentes momentos, allí llega la pobreza. Abres la puerta y entra, se queda un rato, habla, llora, piensa, sueña, se levanta lentamente para salir la pobreza, la acompaño hasta la puerta y vuelve a entrar con otra cara, otro olor, otra edad, otros vestidos, no cambia mucho de sexo, la pobreza es casi siempre la misma: una mujer mayor, pequeña de unos setentaytantos...ochenta  y esta pobreza entra una y otra vez, una y otra vez en la consulta.
Me siento cansada de escucharla, dolorida en mis brazos cruzados,( que me dejan marca en las flexura de los antebrazos de tanto cruzarlos), de mis piernas cruzadas también, de mis mandíbulas apretadas,  me quedo cansada de fijar la mirada a sus labios, a sus ojos, a sus vestiditos antiguos.
La pobreza llega todos los días a mi consulta, una y otra y otra vez es una mujer anciana, vivaracha y triste.
No , no sé qué hacer con la pobreza, no sé qué hacer con ella.
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