lunes, 1 de febrero de 2016

Suelas de zapatos

Nos preocupamos al caminar en la calle, de pisar una mierda de perro. Y hacemos posturas increíbles, y hasta peligrosas.
Dos recuerdos.
Uno , de una señora que fue así como se rompió la cadera, lo curioso : fue el bastón el que pisó la mierda, al levantarlo y andar precipitada se cayó.
El  segundo, un señor, que se hizo una brecha en mitad de la frente al darse contra una farola, al llevarla en el zapato y querer, no sé cómo, limpiarse en el borde de la acera.
Y el otro día, más simpático, el de una señor, que la pisó, no se dió cuenta y siguió andando tan campante.
Creo que las suelas de los zapatos son lo suficientemente espesas, como para no preocuparnos.
No sabemos como no aburrirnos.

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