sábado, 29 de noviembre de 2008
Y sacaban toda la sangre y ésta salía corriendo por tubos extracorporeos, y de pronto nada había más que hueco en la caja costal.
Nada habia ni vida ni muerte,ni corazón, nada. Ni vivo, ni muerto.
El anestesista cantaba un son y yo soñaba con echarme un litro de perfume encima al salir de allí.
Trajeron el corazón en un congelador de camping, desde el helicoptero, pinzaron y fueron cosiendo..faltaba el encendido, tecla de circulación extracorporea y la circulación empezó a entrar con un ruido suave de aspiración...y de pronto !mirad la vida!, ya estaba funcionando todo.
Dimos un coro al son bailando unos pasos, las tijeras de maracas y los calcetines de quirófano resbalaban: "¿cómo está mi son?, ella es la chica del son que mueve mi corazón. Mueve las caderas. Habana, !cómo me gusta mi Habana, cómo me gusta...cómo yo quiero a mi Habana no quiero a ninguna!, la Habana es para gozar ¿tú ves? "
Y de fondo la vida, hacía sus pitidos de máquina, y sus dibujos de siempre.
Era la vida que volvía de nuevo.
"yo te regalaré el Claro de la Luna, sólo te tengo a ti, toma mi corazón bohemio enamorado que el destino ha marcado para ti"
Y así una tras otra canciones y corazones, trasplantes y chá-chá-chá.
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4 comentarios:
Sonia: esto se merece un aplauso.
otro para ti, JUke.
un beso.
Me alucina usted, doctora.
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