martes, 7 de julio de 2009
Corazón en el árbol, corazón de musgo,
allí lo dejaste desnudo.
En el reloj colgado,
manecillas raíles,
manecillas carbón.
Lejos.
Entre tú y yo un abismo,
al final más eco,
y tú
respondes sin responder: silencios.
Ando con pies desnudos
camino de noche
pisadas de luna y río.
Te veo en la mesa,
dibujando la nube roja,
que estalla
corales y amapola,
letras , laberintos.
Y tú en el centro, me miras
me das de tu mano
y soy trasparente.
Corazón de invierno.
Rueda la tarde,
rueda,
nace un verso,
un niño nace,
una abuela nacerá mañana,
y tú en el círculo de mis besos,
que nunca espero.
Manecillas de plata,
túneles negros.
Lejos.
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