martes, 3 de agosto de 2010
Los recuerdos, se apresuran ahora a salir por turnos. Como niños malcriados en torno a tazones de chocolate con picatostes. No dejan un segundo de pedir, una y otra vez ser los primeros. ¿Creen que los iré abandonando?, me hacen sonreir.
Se apelotonan en el quicio de la memoria, en cualquier momento y en cada puerta.
Pensaba, como en esas películas que cuentan, los que cuentan películas, que ven cuando le están a punto de cerrar el libro de la vida, que vienen todos los recuerdos uno tras otro ahí que te va, pero esto mío, más lo veo yo como un problemilla de Urbanidad y Educación de mi memoria.
!Qué de besos!.
He perdido la cuenta.
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