Escuchando versos de Gabriel Aresti, me llega tu recuerdo.
En un segundo puedo verte, a dos centímetros de mi nariz, escuchándote en aquella boda, la boda prevista conmigo.
Pasaron muchos años; yo marché , tú te quedaste, yo trabajé, tú te casastes ( yo tampoco), tú tuviste una hija y yo un hijo.
Me recordabas siempre que no nos llevábamos más que unos meses, ¿sí? siempre te vi más viejo.
Me dijeron que estabas entre médicos, yo andaba también entre ellos, que tu dolor de pleura era cáncer que la imagen mía era mala. Me pusieron el reservorio y te acompañé en el tuyo,(tú mujer me lo pidió, estabas panicando) .
.Luego coincidimos varias veces en la misma sala de quimio !joder! nos quedamos calvos! !tú!, reíamos con la complicidad por tanta coincidencia :Las bromas de la vida. Te dije:"!cuánto me alegro de estar contigo! !nos ha tocado la china! y era verdad, aquella china con peluca negra mandando mensajes, respiraba y no era un sueño.
Me llamó que te estabas yendo, y allí fui. Te vi en la estación invisble, con pijama y maleta ,en el andén a punto de coger el tren, que hay que dejar perder.
Te vi guapo relajado, con ese punto de viejo prematuro, lleno de confusión, mirando al vacío.Escuchaste mis pasos me sonreíste, y entre las manos y cables te besé, como se besa una sóla y una sóla vez a los amantes al despedirse.
Bueno, no sé si te has ido, escucho estos versos y aquí estás, hablándome de boda.
martes, 26 de marzo de 2013
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