martes, 9 de marzo de 2010





Más de 16.000 personas mueren prematuramente cada año en España a causa de la contaminación del aire, es decir, ocho veces más fallecimientos que los provocados por accidentes de tráfico, que no alcanzaron los 2.000 en 2009, según explicaron hoy los expertos del Área de Enfermedades Respiratorias y Medio Ambiente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
En este sentido, la mitad de las muertes asociadas a la contaminación se produce en los países desarrollados a causa de los gases originados por el sector del transporte y las centrales térmicas o plantas industriales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por ello, desde SEPAR subrayan la urgencia de reducir la contaminación atmosférica en España, "no sólo en términos de protección del medio ambiente, sino también para la salud de las personas".
La contaminación atmosférica "es uno de los mayores problemas de salud a nivel local y mundial" de la actualidad, ya que favorece la aparición o agravamiento de enfermedades respiratorias o asociadas a ellas como las vasculares o los cánceres, informó la organización en un comunicado.
Los principales contaminantes son las partículas en suspensión, el ozono troposférico y el NOx, término genérico que hace referencia a un grupo de gases muy reactivos, como el óxido nítrico y el dióxido de nitrógeno, que contienen nitrógeno y oxígeno en diversas proporciones, explicaron los especialistas.
"La inhalación de NOx afecta al tracto respiratorio y a los tramos más profundos de los pulmones, inhibiendo algunas funciones de los mismos. Además, niños y asmáticos son los más afectados por exposición a concentraciones agudas", señaló la coordinadora del Área de Enfermedades Respiratorias y Medio Ambiente de la sociedad, la doctora Cristina Martínez.
En España, "los NOx continúan causando graves problemas como son la lluvia ácida, la formación de 'smog' (anglicismo resultado unir las palabras 'smoke', humo, y 'fog, niebla) y del ozono troposférico, problemas ambientales que repercuten en la salud respiratoria de los ciudadanos", comentó esta experta. Nuestro país ostenta el segundo puesto en emisiones de contaminantes NOx en Europa tras Reino Unido.
Directiva europea
El 35% de la población española (16 millones de personas) respira aire contaminado, según SEPAR. Por ello, es "de vital importancia" que se impulse durante la presidencia española de la Unión Europea la aprobación de la Directiva de Emisiones Industriales.
Este paquete legislativo, "obligaría al sector industrial español a implementar las tecnologías disponibles de cuidado medioambiental, como ya han hecho otros países europeos, para reducir las emisiones y proteger la salud de sus ciudadanos convirtiéndose, además, en una industria más limpia y sostenible", dijo la doctora Martínez.
Por otra parte, la reducción de la contaminación "también pasa por la adopción de medidas como la limitación de la velocidad en la ciudad y alrededores o el incentivo del uso del transporte público. Se ha demostrado que va acompañado de un descenso de las exacerbaciones de enfermedades respiratorias y de la disminución del número de hospitalizaciones", afirmó.

1 comentario:

Ui dijo...

Cuando leo cosas del tipo "El 35% de la población española (16 millones de personas) respira aire contaminado, según SEPAR." me plenteo la siguiente pregunta:

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

Coincido con quienes se sienten preocupados por la baja calidad del aire que se respira en algunas zonas y promueven reflexiones e iniciativas para cambiar a mejor ese estado de cosas en lo que de nosotros, los humanos, dependa.

Mas dudo mucho de que cualquier tiempo pasado fuera mejor para muchos de nuestros antepasados.

He conservado hasta fechas muy recientes un viejo aparador de la abuela. Era un mueble funcional, extremadamente sencillo, impreganado de un fuerte olor de humo, de ese negro y pegajoso humo que despedían las teas con las que se iluminaban en tantos hogares en que alumbrar un candil de aceite o de sebo habría sido un derroche inconcebible. El olor de ese mueble me traía recuerdos de pueblos, de esas aldeas en la que estaba fijada a la tierra y sobrevícía, sólo sobrevivía,, una parte umportante de la población de España, hasta hace pocos años. Al pueblo de mis recuerdos no llegó la electricidad más que con la Dictadura de Primo de Rivera, cuando una compañía que luego revirtió en Iberduero, instaló una pequeña central eléctrica en terrenos comunales a cambio de llevar la electricidad hasta cada uno de los vecinos del lugar.

Antes de eso se desarrollaba la vida en cocinas de hogar bajo, alimentadas con leña, cocinas ahumadas en las que nadie tomaba muestras de la calidad del aire. Nadie. Y cuando la única distracción eran las partidas de cartas o la conversación al calor de la lumbre. cerca del "fogaril" que se aviva soplando con un "bufador" de hierro, dudo mucho de que los pulmones de aquellas gentes, incluso sin fumar, estuvieran menos hollinados que las chimeneas de las propias casas.

Para ellos, definitivamente, la calidad del aire que respiraban pasa de ser óptimo, en el exterior de la casa, a ser pésimo, en las largas horas de cocina y "cadiera".

Quizás no llegaran a desarrollar cánceres ni otras patologías... pero sólo porque no les daba tiempo para ello, la muerte se los llevaba mucho antes.

Imagino personas en chozas humeantes de África. ¿Cuántas viven aún así mientras escribo este comentario?

Sonia, eencuentro bien interesante lo que has sacado como tema.

Cualquier tiempo pasado, no siempre fue mejor, ni en cuanto a la caliaaf del aire respieds

Un beso

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