lunes, 16 de julio de 2007
Bichos y placa
Se identifican dos nuevos marcadores de riesgo de muerte cardiovascular
La infección latente por citomegalovirus puede acelerar la formación de trombos y placas de ateroma
Redacción, Madrid.- Cada vez hay que destacar más la importancia de las infecciones en las enfermedades cardiovasculares. Los marcadores de inflamación, como la proteína C reactiva y de infección, como la positividad frente a Chlamydia pneumoniae, citomegalovirus (CMV) y Helicobacter pylori, han sido propuestos como factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares.
La revista Circulation (2000;102:1917) publica un trabajo llevado a cabo por el Dr. Muhlestein del LDS Hospital y otros colaboradores de la Universidad de Utah en EE.UU., en el que comprueban si los niveles de proteína C reactiva y la presencia de IgG para C. pneumoniae, CMV y H pylori son factores pronóstico de mortalidad en pacientes en los cuales se ha comprobado angiograficamente una estenosis de arteria coronaria.
Los pacientes, con una media de edad de 65 años, fueron estudiados por los autores a lo largo de casi tres años, durante los cuales se produjo la muerte de más del once por ciento de ellos. Los niveles de PCR eran significativamente más elevados en estos pacientes que murieron que en los pacientes supervivientes.
Según recoge la citada publicación, de los tres marcadores de infección analizados, solo la seropositividad a citomegalovirus era pronóstico de mortalidad. El mayor riesgo de mortalidad asociado con una PCR elevada o con un seropositivo a CMV, sucedía cuando ambos factores estaban presentes.
Otros factores pronóstico del riesgo de muerte encontrados en este estudio fueron la edad, la fracción de eyección del ventrículo izquierdo y la diabetes mellitus.
Estos resultados llevan a los autores a afirmar que un seropositivo para citomegalovirus y una elevada PCR, especialmente si se manifiestan conjuntamente, son potentes e independientes indicadores de la mortalidad en pacientes con enfermedad de arterias coronarias. Esto sugiere la interesante hipótesis de que una infección crónica y latente como es el citomegalovirus, tiene la capacidad de acelerar el proceso de formación de trombos y placas de ateroma.
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