miércoles, 17 de diciembre de 2008
Parece ser que hay un cabello que después de moverse por el viento estará en la misma posición que antes del vendabal.
Puede ser que haya después de todos estos años, un célula que no haya cambiado en todas las remodelaciones celulares, o quizá un enzima, o una base de Timina.
Los puntos fijos, me inquietan.
Puede ser la forma más cercana de conocer la imperturbable presencia de la muerte.
La imperturbable presencia del amor.
Quietos ,ambos, expectantes a que les invitemos a entrar en nuestras vidas.
Fijos.
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3 comentarios:
La felicidad no se puede trabajar, creo yo.
Se trabaja la contentuna sensación del cumplimiento de las normas, no dichas, internas de cada cual.
Dura al poco, un instante.
Y se siente por dentro un portazo.
Es la felicidad que se fue.
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