domingo, 26 de diciembre de 2010
Mi cuñada bebió y mezcló: vino tinto, cava y güisqui en el alambique de su fondo de estómago.
Comenzó a hablar de su madre, y acabó emocionada recordando la cola de su traje de novia, mientras venía a mi imaginación escenas de coladas de hierro fundido de la vieja Altos Hornos de Sestao.
Cuando mi cuñada estaba hablando del banquete de boda, una colada de hierro cayó encima de su corta melena y en cuestión de segundos desapareció.
!qué cosas tiene la imaginación!
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