viernes, 23 de septiembre de 2011

Quizá.



Olía a humo. Mirabamos a uno y otro lado, en el metro. Parecía que las escaleras y ascensores subían más lentos. Se cogía a los niños en brazos. Olía a quemado. Ni una mínima sombra de humo. Dedos apretando los botones de puertas, ascensores, crispados en la goma de las escaleras automáticas. Ceños fruncidos, rapidez, silencio, taquicardias antes del mareo.
Olor a humo en el metro.
Salimos a la calle.
Una papelera estaba ardiendo, alguién había dejado un cigarrillo a medio apagar, decían, y con la cantidad de papeles y periódicos de la mañana, se había echo una buena humareda. Pasamos, fuimos pasando todos,uno a uno, dos a dos, tranquilos, mientras ardía la papelera.
Al lado la fuente de Moyua.
Sabiamos que nadie lo apagaría.Nadie hacía nada.
Nada nos mueve.
Las ovejas,nunca nos movemos fuera de nuestra ruta marcada.
Si cayera un satelite, un meteorito, o un cerdo volador, quizá.
Quizá.

1 comentario:

Io dijo...
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