A veces las  cosas no eran lo que parecían. Aquellas palabras amables  se volvieron irónicas, los silencios reproches  y bufidos.
Le miraba, y me daba cuenta que aquel hombre, no se parecía en nada, al  que creí haber conocido.
Busqué sin parar, aquel hombre perdido, y  me di cuenta que el falso hombre que veía,  lo había eliminado por completo .
Le miré  marchar a lo lejos; dejando un rastro de baba como los caracoles.
domingo, 20 de octubre de 2013
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