Busqué en su corazón y en su cabeza, dónde estaba aquel  hombre perdido.
Encontré libros de Ana Frank, unas fichas viejas de madera, y  hojas amarillentas , secas donde se leía: "Tengo que prometerle que le quiero, tengo que prometerle que le quiero"...así escrito miles de veces, como si fuera un castigo.
lunes, 21 de octubre de 2013
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