Y viene la luz,
un poco más,
cada día,
y se ve lo que estaba oculto,
y se encuentran tesoros, y algún sagutxu muerto.
En nuestros desvanes,
con fogonazos,
de memoria de infancia. En cuclillas en las cresterias,
y montañas del día a día,
vértigo,
y pronto se olvida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario