domingo, 25 de enero de 2009

Hombres Huecos T.S.Elliot



I

Nosotros somos los hombres huecos
nosotros somos los hombres rellenos
inclinándonos juntos
la cabeza llena de paja. ¡Ay!
Nuestras voces resecas, cuando
susurramos juntos
son apagadas y sin sentido
como viento en pasto seco
o patas de ratas sobre el vidrio roto
en nuestra bodega seca

figura sin forma, matiz sin color,
fuerza paralizada, gesto sin movimiento;

quienes han cruzado
con la vista recta al otro Reino de la muerte
nos recuerdan —a lo sumo— no como violentas
almas perdidas sino tan sólo
como los hombres huecos
los hombres rellenos.

II

Ojos que no me atrevo a encontrar en sueños
en el reino soñado de la muerte
éstos no aparecen:
Allí, los ojos son
luz del sol sobre una columna rota
allí, hay un árbol que se bambolea
y hay voces
cantando en el viento
más distantes y más solemnes
que una estrella que se apaga.

Dejadme no estar más cerca
en el reino soñado de la muerte
dejadme también poner
tales disfraces deliberados
pelo de rata, piel de cuervo, duelas cruzadas
en un campo
comportándome como el viento se comporta
no más cerca—
no ese encuentro final
en el reino crepuscular.

III

Esta es la tierra muerta
esta es la tierra de cactus
aquí las imágenes de piedra
se levantan, aquí reciben
la súplica de la mano de un muerto
bajo el parpadeo de una estrella que se apaga.

Es como esto
en el otro reino de la muerte
despertándose a solas
a la hora en que estamos
temblando de ternura
labios que quisieran besar
forman plegarias a la piedra rota.

IV

Los ojos no están aquí
no hay ojos aquí
en este valle de estrellas agonizantes
en este valle hueco
esta quijada rota de nuestros reinos perdidos

en este último de los lugares de encuentro
vamos juntos a tientas
y evitamos hablar
reunidos en esta playa del río turgente

sin vista, a menos que
los ojos reaparezcan
como la estrella perpetua
rosa multifoliada
del reino crepuscular de la muerte
la esperanza solamente
de hombres vacíos.

V

Damos vueltas alrededor del tunal
tunal tunal tunal
damos vueltas alrededor del tunal
a las cinco en punto de la mañana.

Entre la idea
y la realidad
entre el movimiento
y el acto
cae la sombra

1 comentario:

Anónimo dijo...
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