martes, 27 de enero de 2009



Cumplía las normas de clase, pero envidiaba a las niñas castigadas.
Eran , en las esquinas de las clases, aquellas niñas, de rodillas o de pie, una especie de niñas "gusanos de seda" de crecimeinto acelerado, como si las esquinas de la clase y el castigo actuaran como incubadoras de madurez acelerada.
Me hubiera gustado sonreir a aquellas niñas ,mirándolas de reojo, para darles a entender que ellas habían ganado pero me daba una mezcla de cobardía y vergüenza.

! Cuánto odié las monjas y sus castigos ! .
No entendía como aquellas mujeres crueles, se atrevían después a hablar de amor, y de arrebatos místicos de Santa Teresa.
Hablaban de amor, con la misma distancia que lo hacía una mujer que llamaban "la pitones" una anciana prostituta que compraba corada y otras visceras para su gato, en una carnicería de Hernani.
Cuando entraba en la carnicería, las mujeres se mostraban incómodas, y yo sentía la misma sensación que frente a las castigadas, me hubiera gustado sonreirla, pero me daba una sensación mezcla de vergüenza y cobardía.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que soy de la última generación que purgó sus pecados con los brazos en cruz y libros en las manos, haciendo peso. Como Zipi y Zape. He de decir que no me he reído tanto en la vida. ay, estos cuervos...

sonia dijo...

ja,ja,ja...
Me echaron dos veces de una clase, siempre por hablar y reirme...
Pero recuerdo que ataban con la cuerda de las persinas a una niña en la coleta del pelo si la castigaban.
Las monjas han sido siempre unas sibaritas de la puñetería.

Abrazos Juke.

Anónimo dijo...

Sí, oye, qué refinadas en su infinita maldad.

javi dijo...

A nosotros, aparte de los ostiones, patadas, ... etc, nos castigaban con la llamada " clase de vela ", la cual consistía en reunisnos en un aula a la tarde, después de terminar las clases.
Nos ponian potencias, vg. gr. 276 a la 40.
Y venga a multiplicar y multiplicar.
Nos tenían hasta muy tarde, y clase, como no había teléfono, estabas mas pendiente de la preocupacion de tus padres que del propio castigo.
Si estabas masticando chicle, que lo quitaban y te lo pegaban al pelo de la cabeza.
Si no ibas a comulgar, no entrabas en clase.
etc ... así de religioso he salido yo.

Anónimo dijo...

Lo de las potencias, desde luego, es sobrecogedor, al menos, para un zote-matemático like me.

sonia dijo...

Lo del chicle igual...nos pegaban con unas cintas de cuero que tenían unidas al cinto,cuando "enseñábamos las piernas"
Recuerdo hacer copias y copias, de eso de dolerte la mano..y que tienes que copiar frases que la "educación para la ciudadanía" en comparación es nada, de nada.

!qué frases nos hacáin copiar, no sé como no salimos más taradas!

"Seré diligente en mis tareas y no responderé con soberbia a mis superiores" y cosas así.

LO único que me gusraba del Colegio los días de invierno, cuando llovía mucho y mirabas que los cristales estaban empañados y pensabas que rico estaría dentro de poco el Nesquik calentito con galletas...me gustaba el Invierno en el Colegio.

Las monjas olían todas a armario vació.

javi dijo...

Cierto dia en un cristal empañado en el aula, pues se me ocurrió poner mi nombre, y ¡¡ ostras !!!!.

Tube quie copiar 500 veces la frase:
" El cristal y la muralla son el papel del canalla ".

No se me olvidará en mi puñetera vida.

javi dijo...

Tube de tubo, no de tener.
Joder !!!!, hablando de educación, si me lee el hermano Valentin, tengo " tube " para todo un mes.

Anónimo dijo...
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javi dijo...

Io, yo he vivido en la Berneda, en la Avda. de Gipuzkoa, 187.

Anónimo dijo...
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javi dijo...

OK, junto a la Coca-cola, y a la Poli Nacional.
Era un barrio marginal, año 1980, el famoso " El vaquilla ", era de allí, del barrio de la Mina.
Una experiencia mas.

Anónimo dijo...
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