domingo, 21 de septiembre de 2008


Las cortinas bailaban en un largo pasillo donde se hacía una corriente de aire,
porque no había ventanas allí,
ni puertas
sólo cortinas danzando.
La tierra giraba en un carnaval,


A medianoche, empezó la vida,

yo
y las cortinas
acariciándome
brazos trasparentes,

destino mío de madrugada,
-"mujer amada, seremos uno " oía.

La tierra giraba,

Y Dios sentado, mirando.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los orientales y sus ideas sobre las múltiples reencarnaciones me han parecido siempre fascinantes como excusa literaria pero poco amables como ideal vital-
Francamente, pasar de humano a caracol no me sedujo nunca.

Llega Sonia G. escribe y me mueve los esquemas.

¿Será posible?!

Ummm, no me importaría reencarnarme, no ya en un gato,no me imortaría ser cortina...de las que te envuelven
Los dioses pueden seguir mirando, de pie, sentados o en cuclillas.
;-)

Un beso, Sonia.

Y saludos para el resto del personal.

Anónimo dijo...

Otro beso para ti Io.
Pasa que siempre pensamos en reencarnación animal, o perosnal.Nadie dice :"voy a ser una sartén, o un libro, o un lapicero.."
Pero que delicia ser el lapicero de j.Bergamín,o las gafas de Alfonso Sastre..o el chandal de adidas del ilustre enfermos habanero;-)

En serio, reencarnarse en arena,todo el día siendo playa sentirse avispa, o teclado de Io ;-)
!qué gozada!
Muchos besos y abrazos a todos.

Anónimo dijo...

Teclado por teclado, me pido que te re-encarnes en teclado de piano y ser el pianista. ¡Ibas a sonar de bien!! ;-))

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