domingo, 31 de agosto de 2008


Dios es su infinita Vondad ( bondad con V porque Dios es infinito para todo, hasta para las faltas de ortografía) nos dió a los que vivimos en ciudades alejadas del campo, el canto de las gaviotas en vez del canto del gallo para despertarnos.

La gaviota, canta descompasadamente, y medio fatigada, es un canto digamos más rock-pop estilo balada Bruce Springsteen que la opereta sainetesaca del Gallo, estilo Plácido Domingo.

Osea, la gaviota está estresada y va al banco de peces a currelar desde muy pronto, y el gallo está aburrido haciendo quinielas a qué gallina se tira esa mañana.

Cosas de animales.
Vida en las ciudades.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya es mala leche colgarle un gallo a un cantante de ópera, Sonia ;-)

Tienes suerte de que Plácido no te leerá, pero quizás su nieta lo haga. Y esa mejicanita puede ser una "adelita" de armas tomar y querer sacarte los ojos, por muy rojaza que te pregones.

Me haces sonreir con ese diagnóstica sobre los animalitos. ¿Afición veterinaria?

La gaviota estresada, La gaviota sólo currela y currela. ¡Oye!, ¿es que se reproducen por esporas, las gaviotas? ¿No habrá ni un sólo macho - "gavioto" en el culto lenguaje de la joven ministra - que esté haciendo quinielas también?

¡Ay, doctora,cómo se nota que no ha tenido usted que cubrir nunca a un harén de gallinas! ¡Si hablara el gallo, otro gallo cantaría...en su discurso! ¿Por qué esa malquerencia con el gallo? Tan ufanos que están en Francia con su símbolo republicano y llega, usted, y nos lo machaca sin piedad!

Pero me he divertido leyéndote, me has divertido y mucho.

Saludos.

Anónimo dijo...
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